Nicolás es un colombiano que decidió remar —literal y metafóricamente— hacia una nueva vida. Fue el primero en cruzar en solitario y sin asistencia todo el océano Atlántico en un bote de remos, una travesía que lo llevó a recorrer más de 5.000 kilómetros y, sobre todo, a encontrarse consigo mismo en medio del silencio del mar y la inmensidad de su propia mente.

Nació en Bogotá, pero desde pequeño se mudó a Londres, donde los libros de aventuras fueron su primer ancla a los sueños imposibles. Aunque su carrera como abogado era prometedora y económicamente estable, su vida interior se encontraba en naufragio. Vivía bajo presión, y su cuerpo ya daba señales de alarma. Entonces decidió cambiarlo todo. Se lanzó —literalmente— a un nuevo estilo de vida.

La hazaña del Atlántico no fue solo física. Fue un rito de paso. Días y noches solo con el sonido del agua, enfrentando tormentas, soledad profunda y el más íntimo de los diálogos internos. Desde entonces, su vida ha estado guiada por una brújula distinta: la del propósito, la aventura y la autenticidad.

Hoy divide su tiempo entre Bogotá e Inglaterra, donde entrena a veteranos de guerra británicos en navegación como terapia contra el estrés postraumático. Además, inspira a personas y organizaciones a conectar con su propósito, a entrenar la resiliencia y a remar hacia sus propios desafíos internos.

Pero Nicolás no se detiene: su próxima expedición será aún más ambiciosa. Quiere repetir la hazaña, pero esta vez cruzando en solitario el océano Pacífico, duplicando la distancia anterior con más de 10.000 kilómetros de mar abierto. Un reto que estima le tomará entre seis y diez meses.

Su historia no solo habla de remos y olas; habla de coraje, de reinvención y de lo que sucede cuando dejamos de huir de nosotros mismos y nos atrevemos a escucharnos.

Ha vivido en el Ártico junto a pueblos indígenas, cruzado la selva amazónica documentando rituales ancestrales, navegado en un barco vikingo alrededor del Cabo de las Tormentas, asesorado startups, trabajado como buzo comercial, fotógrafo, entrenador de perros, granjero y más.

Porque Nicolás no solo es un aventurero: es un hombre que decidió ser libre, y en cada conferencia, y cada encuentro, le recuerda al mundo que todos llevamos un océano por cruzar.