El primer pedalazo: cómo empezar sin caer en la trampa de la perfección

Hay momentos en los que sentimos que tenemos una idea poderosa entre manos. Un proyecto que nos emociona, un cambio que queremos impulsar, una meta que nos hace vibrar el corazón…
Y sin embargo, nos detenemos. No por falta de pasión, sino por miedo a fallar. A no estar listos. A no saber por dónde empezar.

En DivinaMente tenemos la fortuna de trabajar con speakers que no solo inspiran, sino que han vivido en carne propia los retos de superar barreras, tanto internas como externas. Uno de ellos es Carlos Mario Oquendo, medallista olímpico de BMX, quien nos dejó una enseñanza tan sencilla como poderosa:

“No arranques queriendo hacer lo mejor de una. Da el primer paso, el primer pedalazo. En la medida en que vas paso a paso, vas a evitar caídas porque te vas dando cuenta de lo que tienes que hacer mejor y lo que tienes que cambiar.”

Estas palabras, nacidas de la experiencia en pistas llenas de curvas, obstáculos y caídas, son también una metáfora perfecta para la vida, el liderazgo y el mundo empresarial.

Es así como vivimos en una época donde se celebra lo impecable: el pitch perfecto, la estrategia sin errores, la ejecución brillante desde el primer intento. Pero esta obsesión con la perfección muchas veces se convierte en el freno más grande.

Esperar a que todo esté bajo control puede parecer prudente, pero en realidad es una forma elegante de postergar el crecimiento. Lo que no nos dicen es que el camino real hacia el éxito siempre se ve desordenado al principio. Tiene ensayo, error, y sobre todo, aprendizaje.

El “primer pedalazo”, no se refiere solo a dar un paso simbólico. Se refiere a entrar en acción desde donde estás, con lo que tienes, sin esperar a ser el mejor del mundo desde el día uno.

Ese primer paso puede ser tan simple como:

  • Tener una conversación incómoda que vienes evitando.
  • Mandar un correo que lleva semanas en borrador.
  • Decidirte por fin a lanzar esa idea que llevas soñando en silencio.

Y es en ese movimiento, en ese gesto de valentía inicial, donde sucede la magia. Porque es ahí cuando el camino empieza a revelarse. Cuando aprendes qué ajustar, qué soltar y cómo crecer.

En el deporte de alto rendimiento, cada movimiento importa. Pero ninguno tiene sentido si no hay constancia. Y esa es otra gran lección que nos deja Carlos Mario Oquendo:

Quien aprende a conocerse en movimiento, cae menos.
Quien se atreve a empezar sin esperar la perfección, llega más lejos.

Este principio se aplica a todo: a los equipos que buscan reinventarse, a los emprendedores que quieren escalar, a los líderes que necesitan adaptarse a entornos nuevos y desafiantes. Porque la evolución no se da en los planes bonitos, se da en la acción imperfecta.

¿Y si hoy fuera el día de dar tu primer pedalazo? Tal vez ya tienes claro cuál es tu próximo reto. Tal vez solo sientes que es hora de algo nuevo, pero no sabes cómo nombrarlo todavía.

No importa. Lo importante es moverte. El primer paso no tiene que ser perfecto. Solo tiene que ser real.

Desde DivinaMente, creemos en el poder de la experiencia y en las historias que inspiran desde lo vivido. Por eso, trabajamos con speakers que no solo hablan desde el conocimiento, sino desde el corazón. Como Carlos Mario, cuya conferencia nos recuerda que no hay caídas más duras que las que evitamos por no atrevernos a comenzar.

¿Tu equipo necesita ese impulso para dar el primer paso y avanzar con confianza?

Carlos Mario Oquendo no solo inspira, también demuestra que cada pequeño paso cuenta. Su historia motiva desde lo real, desde la disciplina y desde el corazón.

Conoce más de Carlos Mario Oquendo aquí: Perfil Carlos Mario Oquendo

Escríbenos a info@divinamente.com.co o contáctanos por WhatsApp para conocer cómo puedes llevar esta experiencia a tu organización.